Ir al contenido principal

Entradas

Destacados

La espera.

                                      La espera Esperar siempre se me dio bien. Nunca fue mi mayor virtud, ni mucho menos, pero tengo cierta destreza o desenvoltura, quizá podamos llamarlo facilidad, o talento, para la espera, para el aguarde, para el aguante, o la calma. Lo que para unos son años de frustrante vigilia, para mí no son más que unos pocos segundos; aunque, a veces un segundo es demasiado tiempo. Y lo que para otros es un manojo de esos segundos en que se divide el tiempo, para mí pueden ser eones, aun siendo estos segundos escasos. Es curioso, al menos, como el tiempo se estira o encoje según nuestras preferencias o necesidades, nuestros gustos o responsabilidades, nuestro disfrute o tedio, y cuantos menos segundos tenemos, más requerimos. Y viceversa. Jamás conocí a nadie contento con su tiempo, en conclusión, pero a mí nunca me supuso un problema esperar el necesario. No es la primera vez que me siento a esperar en este banco, ni será la última, de eso estoy seguro

Entradas más recientes

Luces de invierno.

Nacimiento improvisado

Análisis de conciencia

Naturaleza en acuarela

Incendio en un centro comercial de moscu.

Una vida de jazz

Mírame.

Extrañas visitas inesperadas.

El faedo de ciñera, colección.

La tradición empolvad